lunes, 22 de diciembre de 2008

EL PERFIL DEL NUEVO DT DE ARGENTINOS:¿QUIEN ES CLAUDIO VIVAS?


Se reconoce como un discipulo de Bielsa pero a la vez dice ser más elástico que él. Tiene un vínculo muy fuerte con Newell´s: allí atajó hasta Cuarta División, donde quedó libre, su padre fue dirigente y en la pileta del club conoció a su actual mujer y madre de sus dos hijos. En su curriculum hay 20 años de trayectoria - trabaja desde los 21 hasta la actualidad - y estuvo en equipos importantes, siempre como ayudante de campo del "Loco" o como Coordinador de Inferiores: Newell´s, Vélez, América de México, Espanyol de Barcelona, Estudiantes de La Plata, Atlas y la Selección Argentina.

"La palabra conformidad no entra en mi persona. Día a día trato de buscar lo mejor de cada cosa". Claudio Vivas es el dueño de esta declaración de principios. Sus pensamientos ofrecen un certero perfil de la filosofía de vida que lo acompañó durante toda su carrera. Su historia, como la de cualquier terrestre, está repleta de alegrías y frustraciones. Pero a diferencia de muchos, él no se resigna a las vicisitudes del destino.
Nacido un domingo 18 de octubre de 1968, en Rosario, Santa Fé, desde muy chico supo que su vida de alguna manera se abrazaría con el fútbol. El sueño de aquel entonces era ser arquero de la primera de Newell’s. Sin embargo, se topó con la fría realidad: no daba con la talla suficiente (tanto futbolística como fisiológica) para el puesto, y lo dejaron libre a los 18. El destino quiso que el encargado de tal desagradable decisión sea Marcelo Bielsa-quien luego lo catapultará a lo más alto del fútbol profesional-. Es que ninguno se animaba a darle la baja porque Claudio era el hijo de don José, prácticamente el fundador de la escuelita de fútbol infantil de Newell´s y, además, vocal de la entidad del Parque de la Independencia.

En contrapartida a la furia que podría haber desatado contra Bielsa, Vivas lo supo entender: "Yo me daba cuenta de que con tan poca estatura -1,74- no podía ser arquero de primera división. Marcelo vino y me lo dijo. Yo le agradecí el gesto porque terminó con tanto manoseo", comentó sabiamente. Justamente la misma sabiduría que aplicara recurrentemente en el resto de sus decisiones.

A partir de ahora, cada hoja de su proyecto de vida tendrá dos palabras muy repetidas: Bielsa y Fútbol. Tras completar la escuela secundaria, Vivas se recibió de profesor de educación física. Luego, en Rosario, hizo dos veces el curso de director técnico. Tan sólo a los 22 años ya era DT. También completó el primer año de medicina, pero el fútbol pudo más. Bernardo Griffa le dio la oportunidad de trabajar en las inferiores de Newell´s (dirigió cuarta y quinta) y hasta colaboró en la última época de Bielsa en el club leproso.
"En el 90’ Marcelo pasó a dirigir la primera. Me dijo que necesita alguien que espiara a los futuros rivales y pasé a ser su colaborador. Yo iba a ver los partidos y después le pasaba un informe. Pero siempre desde afuera, sin contacto con el plantel. Iba a la casa de él y ni siquiera cobraba. Lo hacía por amor a Newell´s", desliza Vivas.

En 1994, tras una ruptura con sus ayudantes Vignale y Lambertucci, Bielsa, que estaba en Atlas, lo llamó y Vivas se fue a vivir con toda su familia a Guadalajara. Desde entonces, la relación se estrechó aún más. Después lo secundó en América de México, Vélez, Espanyol y la Selección argentina. Fue la mano derecha del "Loco" durante, poco más de, 12 años. Tanta es la confianza que le tiene Bielsa que el 18 Agosto de 2004 le delegó, momentáneamente, el mando de la selección en un amistoso internacional contra Japón, en Shizuoka. Vivas fue el ayudante de todos los ciclos exitosos de Bielsa, que tuvo la cumbre en Atenas 2004 con la obtención de la presea dorada.

Pero la renuncia de Bielsa, como DT de la selección, los separó. Al menos profesionalmente no volvieron a trabajar nunca más juntos. Vivas decidió independizarse. Ya se sentía capacitado. El camino que transitaba ahora era el de cabeza de grupo, ya no colaborador o ayudante. Por eso, en octubre de 2004, aceptó la propuesta de Estudiantes de La Plata y se convirtió en Coordinador de todo el fútbol amateur. Por su puesto que le pidió permiso al "Loco". Gesto que refleja la fidelidad y camaradería existente entre ambos.
¿Conformidad? Vivas manifestó desconocer esta palabra. Por lo tanto, tras tres años de un laburo arduo y eficaz en las inferiores "Pincharratas", y ante la sorpresa de muchos, optó por regresar al Atlas de México. Una apuesta importante teniendo en cuenta la estabilidad laboral que había logrado. Pablo Piatti, Gonzalo Saucedo, Maxi Badell y Marcos Pirchio, son apenas algunos frutos del exitoso sembrado del discípulo de Bielsa. No obstante, el ofrecimiento para trabajar en tierra Azteca era irresistible. Allí desde noviembre de 2007 hasta hace unos días fue Director Deportivo. Su labor, pese al escaso tiempo, se notó y mucho. Atlas -bajo la dirección técnica de Miguel Brindisi- llegó a los cuartos de final de la Libertadores 07 siendo eliminados por Boca quien luego sería el campeón.

Incluso, reconstruyó gran parte de las fuerzas básicas, tras dos años de sequia y desorganización. "Tenemos un plantel muy joven, con un promedio de edad de 21 años. En Inferiores se está haciendo un gran trabajo: hay cinco chicos de nuestro club en la Sub 20, seis en la Sub 17 y cinco en la Sub 15. Atlas es una de las principales canteras del fútbol mexicano...", describió, hace poco, al hacer el balance de final de temporada.
Casado con una joven que conoció cuando se iniciaba en Newell’s y padre de tres hijos (el más chico, falleció el 12 de julio de este año a los 6 meses de vida) considera que el ex entrenador de Argentina "es un modelo a seguir". Al igual que Bielsa es obsesivo, meticuloso, estudioso de las tácticas y estrategias a emplear tanto por su equipo como por el rival. "Yo también soy hinchapelotas como él", advierte Vivas, "Pero estoy a años luz de Marcelo", sentencia. Y agrega: "Loco no es. Es un obsesivo de la perfección".

Asume un profundo respeto por los valores humanos y su vida es un compendio de trabajo, dedicación, esfuerzo y pasión por lo que le gusta. Hombre de bajo perfil, hizo de la humildad un culto. Se desprende fácilmente que comparte muchos principios de los que pregona Marcelo Bielsa. Pese a las coincidencias, él confiesa que es un poco más elástico que Bielsa porque, al margen del sistema táctico, (le gusta el 4-3-3) "lo importante son los futbolistas que tengas". Igualmente, las ideas futbolísticas de los dos son muy parecidas y cualquier semejanza con la realidad, en este caso, no es pura coincidencia: "Me gustan los equipos agresivos en la marca y en la recuperación. Y que después sean ofensivos", vaticinó contra quienes lo catalogan de defensivo. Es elocuente: piensa que la mejor manera de atacar y defenderse es teniendo la pelota y no cederle la iniciativa al rival.

El 5 de Enero de 2009, Claudio Vivas asumirá quizás el compromiso más importante de su vida: incurrirá por primera vez en la dirección técnica de un equipo profesional. Es una prueba de fuego. Pero que no dudó en tomar. Pues la palabra "conformidad" no cabe en su diccionario.


viernes, 10 de octubre de 2008

"AL FUTBOLISTA ARGENTINO LE FALTA ATREVIMIENTO"

NORBERTO MADURGA, UNO DE LOS MÁS EXTRAORDINARIOS MEDIOCAMPISTAS DE LA HISTORIA DE NUESTRO FÚTBOL SOSTIENE QUE HOY SE CORRE MÁS DE LO QUE SE PIENSA. REIVINDICA EL FÚTBOL VISTOSO EN DETRIMENTO DEL RESULTADISMO Y EXPRESA SU AMOR POR BOCA, CLUB EN EL CUAL FUE ÍDOLO Y FIGURA RELEVANTE EN EL CAMPEONATO DE 1969.


-Hace dos semanas, ingresaba al césped de una Bombonera repleta, el sol a pleno y una plaqueta en conmemoración a su carrera futbolística, ¿Qué recuerdos tiene de ese momento? ¿Cuando uno deja el fútbol se siente olvidado?
-Muy lindos recuerdos. Aunque, en realidad esa no fue una iniciativa del club sino de “Cacho” Laudoneo. Creo que el olvido es en general del fútbol. Cuando uno lo deja, lamentablemente, la única que te recuerda es la gente. A eso le estaré eternamente agradecido, al cariño de la gente.

-Sorpresivo es que futbolistas actuales carentes de riqueza técnica, tengan un mayor reconocimiento que el que tuvieron los cracks de su época. Además, quienes lo vieron jugar dicen que usted fue uno de los mejores “cinco” de la historia argentina…
-Es una cuestión de tiempo. Los jóvenes de hoy no me han visto jugar. Lo lamentable sería que la gente de antes, la que verdaderamente me vio jugar, no me reconozca. Y por suerte eso no pasa.

-¿El “Nano” Gandulla que lo llevó a Atlanta y luego a Boca fue su padre futbolístico?
Si. Él fue el que más enseñanzas me dejó. A diferencia de otros, te explicaba lo que tenías que hacer. ¡Te lo demostraba jugando! A parte descubrió una inmensa cantidad de futbolistas; debe ser el entrenador que más y mejores jugadores formó en todo nuestro fútbol. Soy sincero: hoy no sería nadie en el fútbol sino hubiera sido por él.

-En la historia del fútbol, siempre se recuerda el Boca campeón del 69’ dirigido por Di Stefano. “Mane” Ponce dice que fue uno de los mejores equipos que conformó y que usted fue el mejor volante central que vio en la historia.
-(Risas) Sucede que Mane es muy amigo mío…En ese momento se revolucionó un poco más el fútbol. Y no se estaba acostumbrado a ver un volante central que llegue al gol. Me encantaba irme al ataque. Además, había grandes jugadores y muy rápidos .Eso hacía que el equipo tenga mucha dinámica.

-Incluso pregonaban un juego muy ofensivo.
-Si, eso era absolutamente atípico. Completamente distinto a todos los conjuntos que vemos normalmente en Boca. Para mi ese fue el equipo que mejor jugó en toda la historia del club. Ojo, quedamos en la historia porque salimos campeones. Hubo equipos posteriores a ese que también desplegaron un gran juego pero no son recordados porque no lograron el título.

-¿Cómo surgieron sus revolucionarias apariciones en ataque? ¿Eran parte de una táctica de equipo, eran órdenes del técnico o se gestaban producto de su voracidad ofensiva?
-Era mi estilo de juego. Cuando veía la posibilidad de irme al ataque, me mandaba. Lo sentía así. Y esa fue mi forma de jugar siempre. En esos años, mi forma de juego fue como una revolución porque jamás se había dado que un volante fuera goleador. Yo tocaba tan rápido y velozmente que me proyectaba en ataque y convertía. De esta manera, cambió un poco el sistema tradicional del fútbol argentino.

- 1969, estadio Monumental, 35’ de partido y con dos “Madurgazos” suyos empiezan a ganarle la final a River Plate ¿Cuál es la imagen imborrable que tiene de ese día?
-Recuerdo todo: los goles, la vuelta olímpica y los festejos. Era un sueño para mí. Llegar a la final, de visitante, contra el clásico rival ¡Y encima hacer los dos goles! Son momentos que no te podes olvidar nunca.

- Teniendo en cuenta su formidable actualidad futbolística ¿Cuál fue el motivo por el cual emigró de Boca en 1971?
-Yo no tenia ninguna intención de irme del club y por eso me dolió mucho. Sucede que ese año hubo una huelga. Nos vimos obligados a hacerla. Pero (Alberto Jacinto) Armando no quería. No le gusto. Lo tomó a mal. Para colmo quedé como uno de los cabecillas de esa huelga y junto con Marzolini tuvimos que dejar de jugar en Boca.

- Le tocó irse al Palmeiras de Brasil, a priori un fútbol que le sentaría muy bien, sin embargo no logró sentirse feliz como lo había estado en Argentina ¿Cuál fue el motivo? ¿Le costó mucho la adaptación?
-El problema fue que no me pude adaptar a la vida en Brasil. Me había ido de la Argentina, el lugar donde salía campeón, era ídolo de la hinchada… En cambio, ahora estaba solo y muy enfermo. Escribía hasta tres cartas por día a mi familia. Realmente extrañaba bastante. Sin embargo, en lo futbolístico me fue muy bien: cuando llegué Palmeiras hacia cuatro años que no salía campeón, logramos cinco títulos y en la parte económica en un año y medio gané más que jugando seis años en Boca.

-¿Qué diferencias y qué similitudes puede establecer entre el futbol argentino y el brasileño?
-Y…Yo los veo bastante similares. Pienso que es así. Aunque también creo que en Brasil se divierten un poco más. En mi época, si pateabas mal dos veces te daba vergüenza, el público chiflaba y la prensa te hostigaba, en cambio cuando jugué en Brasil no se hacían problema si el tiro salía muy desviado.

-Ganar pocos campeonatos pero jugando un fútbol brillante. O salir campeón de todo con un fútbol no muy vistoso ni ofensivo ¿Que opción elige?
-Yo me quedo con el futbol ofensivo y con los futbolistas que hacen lindas jugadas. De morir tengo que hacerlo con lo que a mi me gusta. Siempre yendo para adelante construyendo y no a los empujones. Elijo el Boca de Di Stefano, “Los matadores” de San Lorenzo y el Santos de Pelé. Acá estamos hablando de fútbol enserio y no de “fulbito”. Estamos hablando de diversión, de pureza técnica. No nos olvidemos que el triunfo es la consecuencia del buen juego.

-¿Qué sentía cuando ingresaba al verde césped?
-Alegría, porque estaba toda la semana deseando que llegara el domingo para jugar. El fútbol tiene que ser eso. Tratar de divertirse dentro de las posibilidades que te brinda el profesionalismo. Antes era distinto: nosotros vivíamos para el fútbol.

-¿Cómo lo ve a este Boca de Ischia, podrá recuperarse de la mala racha?
-Creo que el equipo está un poco desconcertado. Además, tuvo la mala suerte de las lesiones (Palermo, Ibarra y Riquelme) y no se puede esperar que los pibes te salven todos los partidos. No es bueno vivir dependiendo de Riquelme. Pero el campeonato es largo y tiene tiempo para recuperarse. Los chicos juegan bien pero tiene una presión muy grande de ganar o ganar y eso lo están sintiendo.

-Cuando hace referencia a los chicos, ¿Quiere decir que le falta poderío ofensivo?
-Y si. A Boca le falta peso ofensivo. Para un defensor no es lo mismo Palermo en el área, con todo lo que ello implica, que un chico que recién está haciendo sus primeras armas. A esto hay que sumarle que a Riquelme le falta un poquito de movilidad, desmarcarse y encarar un poco más hacia adelante. Ahí sí, realmente, sería un problema para los rivales.

-¿Le gusta como se está jugando el torneo Apertura 2008?
-No. Se pega, se agarra, y se simula mucho. No se cumple con el reglamento. En cuanto a los equipos hay una paridad muy grande; ninguno está un escalón por encima de los otros. También hay pocos jugadores que marquen la diferencia.

-¿Entonces que es lo que le falta al futbolista actual? ¿Las clásicas apariciones suyas?
-El jugador de hoy carece de atrevimiento. Yo veo que cuando el delantero encara y ve que tiene dos rivales no continua su carrera vertical ,sino que espera el auxilio de algún volante, o toca hacia atrás.

-¿Incide mucho en esta merma de calidad en el juego que el principal objetivo del mundo futbolístico sea el resultado?
-Lamentablemente hoy es ganar o ganar como sea. Yo observo que se está priorizando el estado físico y eso hace que los futbolistas estén al límite. Lo que no se dan cuenta es que cuando más se corre, más ligero se anda, existe menos tiempo para pensar. El que tiene que circular es el balón. La velocidad de éste es la que importa.

-Y el periodismo…
La prensa también está equivocada. Bajo este concepto Riquelme no podría jugar porque no tiene velocidad en las piernas. Lo importante es la velocidad mental. Sino Zidane no hubiera sido el mejor jugador del último mundial.

-Roberto Perfumo en su libro “Jugar al fútbol” sostiene que una de las grandes diferencias del futbol de décadas pasadas con el actual es que antes el chico llegaba a primera con miles de horas de potrero en su espalda.
-(Piensa) Puede ser. Vos fíjate de donde surge la famosa pared. Sale de jugar a la pelota en la calle y patear la bocha de goma contra el paredón para eludir a un rival. Eso te está marcando donde todos comenzamos a jugar. Allí adquirimos técnica, habilidad y picardía. Vos jugabas en el empedrado y tenias que dominar muy bien el balón porque salía para cualquier lado. Igualmente, la cantera es inagotable, seguirán apareciendo jugadores aunque en menor cantidad.

-¿Qué es el fútbol par usted?
-Es la pasión de mi vida.

lunes, 23 de junio de 2008

LA LEYENDA ETERNA DE MIDLAND

ALFREDO DI STEFANO, EMBLEMA DE NUESTRO FÚTBOL, EN 1952, ANTES DE SU PASO MEMORABLE POR REAL MADRID, ATERRIZÓ EN EL “FUNEBRERO” PARA JUGAR TRES PARTIDOS ¿NO LO CREEN? AQUÍ ESTÁ LA HISTORIA.

Cinco mil pares de pupilas brillosas observaban a ese hombre que se encontraba erguido en el círculo central. Para los sanguíneos, el partido no comenzaba más. Para los calculadores, el momento ya estaba por llegar…De pronto, el agudo sonido del silbato sorprendió a todos. Ése, era el comienzo de la leyenda.
La imagen corresponde al segundo encuentro. Las miradas, pertenecían a los seguidores del Club Atlético Ferrocarril Midland, y el barrio era Libertad. Finalizaba 1952 y ese hombre que atrapaba toda la atención, era nada menos que el gran Alfredo Di Stefano. Sí. Quien, tan sólo en unos meses, se convertiría en un gigante del fútbol mundial, calzaba la inconfundible casaca blanca y azul marino del “Funebrero de Libertad”.
“Jugó tres partidos en nuestro club: debutó como visitante contra Defensores, de Moreno (3-1), después jugó contra El Fortín, de Merlo (1-3 ó 1-1), y fue la figura contra Ferro, de Merlo (8-1)”, narró el socio vitalicio, Luis María La Font, de 80 años, quien fue uno de los pocos que presenció los tres enfrentamientos, ya que el primero se jugó sin público. Mientras tanto, en voz alta, los setentones afirman que la conmoción que generó la estampa de “La Saeta Rubia” fue la que, verdaderamente, obligó a disputar su primer partido a puertas cerradas.
¿Di Stefano era hincha de Midland? No, para nada ¿Conocía a los dirigentes, de la institución? No, imposible ¿Entonces, cómo llegó al club? El contacto para traerlo lo hizo Fausto De Santis -allegado a la dirigencia que presidía Salvino del Valle-. Él vivía en Parque Patricios y tenía un chalet lindero a la “Benevolenza”. (Villa Melia). “Fausto fue presidente de Huracán y como era muy amigo de Alfredo, se encargó de convencerlo para que viniera”, explicó la voz áspera de La Font, y agregó: “Los hijos de De Santis eran tres, y todos pasaron por Midland: el número cuatro era Rodolfo, que jugó en la primera de Atlanta. El 10 estuvo en Racing…Sin embargo, los otros cuadros también traían futbolistas importantes. No sólo nosotros éramos los beneficiados”.
En 1948, la famosa huelga de futbolistas culminó de la peor manera: un masivo éxodo de figuras, de las que emergían los nombres de Adolfo Pedernera, Rinaldo Martino, René Pontoni, Néstor Rossi y Alfredo Di Stefano; hasta ese momento, había vestido las camisetas de River, Huracán y la de la Selección argentina -ganó el Título Sudamericano en Guayaquil, en 1947-. Después habitó durante cuatro años el territorio colombiano, lugar en el que obtuvo el tricampeonato con la casaca de Millonarios de Medellín (259 goles). Pese a esto, todavía le esperaban alzar 19 copas en Real Madrid (ver aparte).
Cuando volvió a Buenos Aires, en 1952, luego de su exitoso paso por el país cafetero no tenía club dónde jugar. El escenario era poco alentador: hasta fin de año no podía firmar en ningún lado. Fue entonces que decidió representar, al menos por tres veces, al “Funebrero”. Esto fue posible porque el Midland no estaba afilado a la AFA, sino que jugaba un campeonato organizado por la Asociación Amateur de Fútbol del Oeste. Torneo en el que también participaban: El Rayo, Defensores de Moreno, Alem de General Rodríguez, El Fortín, Ferro de Merlo, y El Nacional, entre otros.
Por su parte, Aníbal “Pipo” José, nacido en Libertad hace 72 años y jugador de Midland en el 50’, contó orgulloso cómo fue compartir ese equipo con el crack: “Con Alfredo jugué 45 minutos. Pasó que faltaba disputar un tiempo de un partido suspendido contra Defensores, de Moreno. Por suerte, faltó Garcia, el wing titular del equipo, y entonces me tocó ocupar su posición. El encuentro lo ganamos 3 a 1, recuerdo que se jugó un domingo a la mañana en la cancha de Nacional (actualmente Independiente de Merlo)”. Luego, con el pecho inflado, relató: “En el vestuario me cambié junto a él, y también charlamos un rato en el playón. Era macanudo, pero muy parco, callado. No hablaba casi con nadie, será por su timidez, seguro. Eso sí: me pareció un tipo plenamente educado.”
Con relación al segundo encuentro, esta vez frente a El Fortín, hay dos versiones: una es la del vicepresidente 2° del club, Fernando Cetinio y La Font, un socio vitalicio. Ambos vieron el partido y sostienen que el resultado fue un magro empate. La otra, antagónica, la sostiene Aníbal “Pipo” José, quien fue parte del plantel; y asevera que ése fue el único choque en el cual perdieron (3 a 1). Si bien hay diferencias, en lo que sí coinciden es que Di Stefano jugó un rato nomás.
Cetinio, de 73 años, quien sólo estuvo ese día en la cancha, hizo referencia a la expectativa desbordante que había causado la llegada del goleador. “Realmente, fue impresionante. Tuvieron que cercar la cancha con lonas y bolsas. También, como se le había hecho mucha promoción, el barrio estaba totalmente convulsionado. Y eso lo sé perfectamente porque vivía a sólo una cuadra del estadio”, afirmó con certeza. Asimismo, La Font describió que la cancha del Fortín era totalmente abierta y cercada simplemente con sogas. Orgulloso, añadió, como dato estadístico, que los periódicos de la época calcularon que estuvieron en la presentación alrededor de cinco mil personas.
Con respecto a esa actuación del “jugador más completo de la historia”, Cetinio deslizo una leve crítica: “Caminaba la cancha, jugaba como para no lastimarse.” “Se lucía, la pisaba, tiraba tacos… Mientras el resto de sus compañeros se ‘mataban’ por ganar la plata. Al instante, después del partido, recuerdo bien la queja de Fausto De Santis: ‘Acá viniste para ganar; no para lucirte”, reveló La Font.
26 años tenía cuando jugó para Midland, que hoy se encuentra en la D. No obstante, este impensado desempeño tenía una explicación razonable: “Después de perder contra El Fortín, todos los dirigentes y jugadores volvíamos en la camioneta verde de De Santis. En un momento determinado, le dijeron que lo que se jugó era por los puntos y que había intereses económicos en disputa, Di Stefano, completamente sorprendido, se lamentó: ‘Uf, pero yo no sabía’, e inmediatamente exclamó indignado: ‘¡Cómo nadie me dijo nada!’”, relató “Pipo”, único testigo y conocedor de esta simpática anécdota.
El tercer match, los enfrentaba a Ferro, de Merlo, club que actualmente se destaca en el handball. Afuera, en la calle, una imponente aglomeración local observaba expectante. En tanto, algunas voces profetizaban que ése era el día... Adentro, en el escaso verde césped, Di Stefano, sabía que debía rendir al máximo. El deleite fue total: 8 a 1.Goleada abrumadora, con la mitad de los tantos del crack, quien esta vez sí jugó de titular. En este último enfrentamiento, la “Saeta Rubia” convirtió tres golazos de tiro libre. “¡Si lo vieran clavó tres zapatazos al ángulo!”, cuenta efusivamente “Pipo”.
Ahuyentando fantasmas a algún escéptico, el testimonio de Cetinio es rotundo: “Alfredo jugó acá, es veraz; hay fotos. Es más, una vez me gané un asado porque le aposté a un tipo que no me creía. Lo tuve que traer al club y les preguntamos a todos. ¡Finalmente tuvo que pagar!”
En tanto, Carlos Fabrizio, dueño de una inmobiliaria de la zona, deslizó que “cuando nosotros contamos que Alfredo estuvo acá, pocos lo creyeron, pero esto ha sido real. Aunque a algunos le genere un poco de envidia; nuestros socios e hinchas más grandes se dieron el lujo de gritar sus goles”.
Para los de la “Tumba 12” éste es el verídico fin de una historia fugaz, pero a su vez el inicio de una leyenda eterna...

miércoles, 16 de enero de 2008

El ser entrañable



En Avellaneda, el Bocha filtra mágicamente un pase entre decenas de piernas que, poco antes, parecían ser fuertes y cuantiosas como los tentáculos de un pulpo. Asimismo, otros muestran sus destrezas tirando caños en humildes canchitas atravesadas por extensas autopistas.
En Paris, el Willi con su soberbio revés deja inmóvil a los cientos que conforman la élite tenística mundial. Veinte años más tarde, en nuestra tierra; otros ya más viejos y en canchas de pádel intentan que su saque, de una vez por todas, supere la red.
El Manu, que de pequeño soñaba con ser gigante como Jordan y el Tito, que sueña con ser más enorme de lo que hoy es Manu. En este momento, en pleno centro porteño, cerca 10 mil entusiastas corren, seguramente jugarán a ser Abebe Bikila, aunque sin importarles ser megaestrellas.
En la zona oeste del Gran Buenos Aires, algunos se divierten jugando a las bochas en el club Laureles Argentinos; al mismo tiempo otros, más jovencitos y en la playa compiten en un beach vóley apasionante sin interesarles la intangibilidad del premio.
La corrida, el impulso, la elevación, y luego el salto a más de 5,50mts del llano, son acciones que pertenecen a un concentrado garrochista llamado Germán Chiaraviglio, en plena preparación olímpica. Inmediatamente, descubro el bailoteo, los amagues, un jab de izquierda y luego un poderoso Cross de derecha que no corresponden, en este caso, a Carlitos Monzón, sino al Pocho que sueña con salir de la cruel marginalidad social…
¿Qué tienen en común estos personajes? Es cierto que son todos argentinos, pero por sobre todo son deportistas. Sí, no hay error de tipeo. Son todos deportistas porque así lo sienten, porque así lo viven. Incluyendo desde el niño basquetbolista que ve a su ídolo brillar en la NBA; hasta el grupo de canosos que juega un rato a las bochas. Entonces: ¿Qué es un deportista? ¿Cuál es el parámetro que lo determina? Las respuestas son interminables, la verdad no es absoluta. Por lo tanto, no será desacertado remitirnos en algún momento a diversas fuentes.
La afirmación que propongo es que: “todos alguna vez fuimos deportistas”, claro, es sencillo, sólo que no todos lo practicaron o practican en el mismo nivel, y con distintos objetivos.
Antes que nada hay que mencionar que el deporte, en cualquiera de todas sus extensas ramas, tarde o temprano nos llama. Por más canas que hubiera, por más incapacidad física o técnica, siempre hay un deportista dentro que puja por salir. No es casualidad observar la innumerable cantidad de deportistas que, una vez retirados, no saben qué hacer con el tiempo libre, que a decir verdad, se hace interminable. Es más, me animaría a diagnosticar que gran parte de ellos sufre una grave crisis de existencia, padece un profundo vacío existencial; sólo solucionable con una actividad ligada al deporte-director técnico, mánager, comentarista deportivo, jugador veterano o representante de jugadores-
De todas maneras, al margen de estas apreciaciones, ¿Qué es realmente un deportista? Un deportista es un artista generador de cultura, ¿O acaso no todo lo que crea, hace y desarrolla el hombre es cultura? El filósofo Arthur Schopenhauer decía que, la vida oscilaba entre dolor y tedio, y lo único que logrará “salvarnos” es el arte y la ascesis. ¿El deporte no es un arte? La respuesta, según esta visión, indicaría que sí, dado que cuando se lo realiza provoca satisfacción.
Del general Juan D. Perón salió la aseveración de que: “los deportistas son los mejores embajadores del país”. Seguramente habrá vivenciado como ellos “vendían” y representaban de la mejor manera a la Argentina con sus respectivos logros internacionales.
Hay que destacar que el verdadero deportista ama lo que hace. Ser deportista significa: resignar las vacaciones para jugar torneos o realizar fatigosas pretemporadas; resignar los sábados nocturnos porque al otro día compite; resignar los ravioles tuqueros porque le caerán pesados; resignar esa Coca que tanto le gusta ,ya que el nutricionista se lo prohíbe; resignar vivir en familia para irse lejos, a miles de kilómetros, a encerrarse en un hotel; tener los ojos abiertos en la noche anterior a la competencia ; resignar horas de descanso en pos de entrenar y entrenar para superarse , por consiguiente significará superar al rival.
El deportista profesional sufre: su cuerpo se jubila muy joven. En algunos casos, resigna los juegos de la infancia. Él jamás cambiaría el logro de una medalla olímpica o un título mundial por sacarse la lotería; sin embargo, aunque lo medita jamás se arrepiente.
El verdadero deportista, sueña. Sabe que todo es tan o más duro que sus músculos. Y aún así, esperanzado, elige recorrer el trayecto a la elite que, por estos pagos, pareciera ser aún mucho más largo. Por todo lo que hace merecería su Día, aunque pensándolo bien su “día de gloria” lo elegirán sus manos, su cabeza y sus pies.
El deportista, señores, un ser entrañable capaz de alegrar el día a todos. Sin duda, a todos.

viernes, 14 de diciembre de 2007

CABALLEROS NO HAY.CABALLOS SI

Calor infernal, sudor que incomoda, pecho a punto de resquebrajarse y pulmones apretados al borde de la asfixia. En estas condiciones, el miércoles 12 del presente mes, llega a Haedo mi delgado cuerpo a bordo del privatizado ferrocarril ex-Sarmiento. Este viaje, como el de casi todos los días, tiene como destino la zona de Congreso, concretamente la escuela de periodismo deportivo en la cual estudio. A las seis y pico de la mañana, el sueño no me permitía ni siquiera saber si aun estoy vivo.
De pronto, una voz femenina solicitaba el asiento para una chica embarazada de unos seis o siete meses que acaba de ingresar a la formación entre la muchedumbre. Muy apretujados todos, e incapaces de ayudar a la joven nos miramos casi atónitos, dado que los seudodormidos de siempre que estaban sentados ni atinaban a abrir los ojos. A todo esto, la pancita de la adolescente se apretujaba cada vez más y la mujer reclamaba un asiento. Pasaron ¡NUEVE MINUTOS! y la señora indignada elevó el tono: “¡No hay ningún caballero acá!” a lo que un hombre compañero mío de baldosa respondió: “Caballeros no hay. Caballos si”. Al rato un joven le cedió con desgano el lugar la futura mamá.
¿A qué viene todo esto?, ¿por qué relato esta triste anécdota? Una vez llegado a destino, mi mente comenzó a carburar; y recordé haber visto en el informativo (como le dicen los entrados en canas) que al dejar una bicicleta solitaria intencionalmente, en tan sólo tres minutos venía un extraño que sin dudar se la afanaba con total impunidad. Es decir, los porteños son medios dormilones porque tardan diez minutos en cederle el asiento a una embaraza, aunque son ligeros para chorearse una bici en sólo tres minutitos.
Así estamos; reclamamos seguridad, trabajo, igualdad… Sin embargo, nos comportamos como el culo (con el perdón de la expresión).Esta violencia es la que más duele, lastima el alma. Luego nos quejamos de que viajamos como animales. ¿En situaciones como ésta, nos merecemos viajar dignamente? Lo que si está claro es que, en aquella mañana infernal los caballeros se transformaron en caballos con auriculares, rumbo hacia su trabajo.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Ponce: “La selección no tiene un plan ‘b’; así no llegaremos muy lejos”


Ramón Héctor Ponce, aquel wing derecho de Boca de los años ‘70, nacido en Goya , Corrientes , de talla muy pequeña, tiene 59 años y un apodo que lo dice todo: “mané”. Único futbolista argentino bautizado de esta manera. La anécdota la cuenta el mismo: “Estaba en la 8va de Boca y se jugaba el mundial de Chile ‘62, Brasil es el campeón y ‘Mané’ Garrincha es la gran figura. Veía todos los partidos. Y de tanto hablar en el vestuario de él, mis compañeros me empezaron a llamar ‘Mané’ ”. Lo que él no sabe es que al excéntrico delantero carioca lo despreciaron notoriamente, porque “mané” era un pájaro inútil y feo de Brasil. Pero la admiración futbolística era más grande. Ellos, cada uno en su época, cada uno en su país,-salvando las distancias-casi sin quererlo tuvieron cosas en común; fueron extremos derechos, jugaron en sus respectivas selecciones...Ellos nunca se conocieron, sólo los unía el buen futbol. Sin embargo, hay una dicotomía notoria. El primer “Mané”, murió olvidado en la pobreza; el segundo nunca intentó ser reconocido.
“Mi máxima virtud era llegar al fondo y tirar centros precisos”, así se sintetiza Ponce, dueño de la “7” durante ocho años en la primera de Boca, y ganador de tres títulos-Nacional ‘69, Copa Argentina ‘69, Nacional ‘70-. “Conformé equipos que jugaban realmente muy bien, dirigidos por Rogelio Domínguez, como en el año ‘74 que teníamos una delantera espectacular (Benítez, García Cambón, Potente y Ferrero) pero no tuvimos la suerte de salir campeón. Como sí se dio en el ‘69, que también teníamos una línea de ataque bárbara (Medina Rojitas, Novello y Peña)”, y añade que el mejor cinco que vio en su vida fue Madurga. Asimismo, hace una mención hacia Antonio Roma. “Fue el arquero más grande, cuando iba en el micro decía: ‘ ¡muchachos hagan un gol porque a mí no me van a hacer ninguno! ’ ”.

-Ese Boca del ‘69, significó la vuelta al fútbol ofensivo, luego de la frustración argentina de no haber clasificado al mundial ‘70, ¿cuál era la clave de ese equipo?
-Silvio Marzolini siempre dice que, de todos los planteles que jugó ése era el mejor, por su buen fútbol, por su capacidad de toque y destreza. Y yo creo lo mismo. Éramos todos pibes que nos gustaba el buen fútbol, y la gran figura fue Madurga (reemplazó a Rattin).Con él nos entendíamos de memoria.
-Además era un equipo en los que todos podían llegar a posición de gol…
-¡No nos importaba nada! (responde exaltado). Íbamos todos al ataque, sólo se quedaban los dos negros; Meléndez y Medina. Subía hasta el “chapa” Suñe.
-Enfrentaste a defensores realmente muy ásperos, como “hacha brava” Navarro y “chivita” Maldonado en Independiente, ¿Quien fue el que más te hizo sentir el rigor?
-Los que nombraste eran bravos; ya sea Acevedo, Navarro, Rolan, Maldonado, Pavoni... ¡Aguirre Suarez, te mataba! ...También Silvero, que era defensor de Boca. Pero el que más recuerdo era Vigorra, el tres de la Universidad Católica de Chile, que antes de entrar a la cancha te decía: ‘Hoy te mato, te mato’. Y te lo decía enserio. Igualmente eso me hacía más fuerte y, afortunadamente, le pegué unos bailes tremendos.
-El fútbol de tu época era más lento, había más espacios; pero con respecto a la técnica, ¿aquellos jugadores eran superiores a los de la actualidad?
-Los ex-futbolistas de mis tiempos, cuando me escuchan, me quieren matar. Porque defiendo al fútbol actual. Dirigí equipos hace poco, cómo Banfield (lo ascendió a la “A” en el 2001) y Morón, y veo la habilidad que tienen los chicos, pero después no la pueden emplear porque el juego es muy rápido. Hoy hay más dificultades; se presiona más, se estudia todo.
También integró la selección nacional de Sivori en el ‘73; se desempeño cinco años en Colo-colo de Chile y conquistó el torneo de 1979; en amistosos venció al Santos de Pele y al Argentinos Juniors de Maradona (con gol suyo, para Colo- colo, en el último minuto). Entre otros grandes fue dirigido por Di Stefano, Sivori y Pedernera. “Tuve la suerte de tener a esos grandes maestros”. En Chile, increíblemente fue dirigido por el gran húngaro Ferenc Puskas. “Me cargaba siempre, me decía enano, y yo le contestaba: ´¡Sabe que a usted lo salvó Alfredo Di Stefano!´”(Risas)
-¿Bielsa le dará a la selección chilena el salto de calidad a nivel internacional?
-Mmmm…Mucho a los jugadores no los conozco, pero la idiosincrasia de los pueblos es muy difícil cambiarla. El jugador chileno es medio reo, vago, y le va a costar el cambio. A un delantero no le pidas sacrificio, porque no lo va a hacer.
-Dijiste que el jugador chileno es vago, ¿No le gusta entrenar, no es disciplinado, no se compromete con el equipo...?
-Muy disciplinado no es, eso se ve en el entrenamiento invisible. Porque cuando están concentrados, en lugar de pensar en la familia, o la mujer están pensando en otra chica, o en el asado que van a comer. Igualmente en algo debe haber cambiado con respecto al actual.
En el momento de hablar de nuestro fútbol, vuelve a apelar a su sinceridad, y sin escrúpulos dice lo que piensa. “Eso que se habla que el nivel es bajo, que es un desastre, es todo verso. Yo soy un optimista de la vida. Esas personas son ¡son negativas!”. Con respecto a Boca, manifiesta que “en cualquier momento despega”, y agrega que “Gracián va a ser ídolo”. Hace un paréntesis, con Banega y expresa: “Es muy joven y ojalá sea un gran jugador, pero se entretiene mucho con la pelota y produce contraataques terribles en contra. No es el Banega que dice el periodismo, porque juega como un veterano, al trotecito”, y sentencia: “Es un jugador inflado por la prensa”.
La actualidad de la selección nacional, es el único tema que impacienta al muy calmo “mané” y, demuestra su insatisfacción con el coach. “A Basile el tiempo le pasó (en tono bajo). La mentalidad del DT debe ser joven, tiene que vivir el partido, dar una imagen distinta. Además no es cuestión de tirar todos los habilidosos a la cancha… No tiene un plan ‘b’ ”, y se lamenta: “Muy lejos no llegaremos”.
…Tímido, tranquilo, amigable, franco, sencillo y de corta talla. Un hombre que nunca quiso reconocimiento. Pero que inconscientemente, lo logró. Así es Ramón Héctor “mané” Ponce; único futbolista criollo bautizado de esa manera…■

Víctor Adrián Michelena.

miércoles, 25 de julio de 2007

Estos pibes conmueven

Estos pibes ,siguen rindiendo tributo al fútbol argentino. Trazan limites inimaginables, rompen todo tipo de barreras-algunos lucharon desde y contra su anonimato-, ilusionan como lo hace la selección mayor, aunque estos, no defraudan jamás. Estos pibes, cargaron durante todo el mundial sub 20 -que se ganó en Canadá- , con una mochila inmensa. Es por eso que, el merito es inmenso.
En un principio, porque si o si, debían defender la corona obtenida allá por el 2005 en Holanda, cuando Messi y compañía hicieron de las suyas, desplegando un fútbol de alto vuelo. Segundo, porque debían tratar de destacarse, ya que la participación de los mayores en la Copa América, opacaba sus buenas actuaciones. Y para peor, una vez ya consumado el fiasco de la selección ante Brasil, ahora cargaban con la responsabilidad de triunfar y darle algo de respiro al pueblo –futbolero- argentino y por supuesto a la AFA.
En este contexto disputaron la Copa Mundial Juvenil sub 20, ya si grandes figuras como: Messi, Zabaleta ,Gago y Ustari. Pero con otros inmensos jugadores como Sergio Agüero, que se llevo todos los premios posibles; Ever Banega, eje del equipo ,reciente campeón de América con Boca juniors; Maxi Moralez, gran promesa-realidad de Racing de Avellaneda,( y a mi gusto, revelación del torneo)y Ángel Di María, que por su excelente nivel ,seguramente tendrá contados los días en Rosario Central.
El equipo con el correr de los partidos se fue afianzando, y logrando el nivel que su director técnico (y táctico)Hugo Tocalli deseaba. Contó con personalidad y buen juego. Supo anteponer a sus errores defensivos ,el entusiasmo y la entrega en todo momento. Con un Agüero inspiradísimo- figura y goleador del torneo- que tenia que asumir el rol protagónico en cada escena de los distintos partidos. Porque su prestigio internacional, su futuro de crack (¡aun puede mucho dar más!), profesionalismo y amor a la camiseta así lo indicaban. Conmovió verlo desplegar todo su talento, aun en inferioridad física como en la final. Al igual que todos sus compañeros que en ningún momento se la creyeron campeones, que en ningún instante se les cruzó por la cabeza distenderse y mucho menos “cancherearla”, sin importar quien fuese el rival.
Fueron a Canadá en busca de la gloria, privaron sus vacaciones, su cuerpo y su mente de un descanso tentador. Pero no les importa, ellos quieren jugar al fútbol, divertirse y triunfar. Cuando no alcanzó con la táctica y el entrenamiento, apareció la técnica y la picardía criolla del “lungo” Di María y de los “pitufosMoralez, Agüero, Piatti, Zarate, Acosta y ¿porque no? Banega. Cuando la técnica fue estéril frente a la fortaleza física de los europeos, renació ese amor a la camiseta –tan característico en los juveniles, que últimamente no se ve en los mayores-.Renació ese coraje que en definitiva los llevó a lograr lo que añoraban, aun desde la adversidad del resultado-los checos fueron el único rival, que nos empezó ganando- y de un plantel disminuido por las suspensiones de Cahais y Yacob. Porque coraje, como dice Miguel Ángel Ruso “no sólo es tirarse de cabeza a los pies del adversario, sino también pedir la pelota para jugar”. Y esa fue una impronta característica de la Argentina. Siempre el juego al ras el piso, intentando entrar tocando, tirando paredes y gambeteando. Fiel al estilo. Como lo marca nuestra historia.
Sin embargo aquí no hay lugar para las pretextos, porque cuando se pierde se dice, que el rival nos ganó de suerte , porque se levantó bien, o aparecen las famosas frases : “fuimos los mejores del torneo”, “no merecimos perder, “no ligamos”, o “dimos todo”. En fin, somos siempre campeones morales. Por eso hay que aprender- mucho- de los juveniles, que de los últimos 7 mundiales ganaron 5. Que son 6 veces campeones del mundo .Que no conocen de esos asuntos de los grandes. Su edad de la inocencia, tiene la pureza que solo les permite jugar y jugar. Como lo expresaron estos pibes que de su pequeño diccionario sólo conocen unas poquitas palabras, como jugar, divertirse y ganar. Sin embargo tienen esa valentía que sin saberlo nació con ellos, y ojalá que nunca los abandone. Deseo que al contrario de lo que decía el filosofo Emanuel Kant ,estos pibes no salgan nunca de la minoría de edad. No les hace falta, ellos ya son independientes, son capaces de tomar decisiones por si mismos, y a la vez alegrarnos a todos.
Estos pibes son el futuro futbolístico del país. Merecen unas cuantas oportunidades en la mayor. Estos pibes, realmente aman el fútbol. Y tienen hambre de gloria. Esa que nos es esquiva hace 21 años.